Casos de éxito en España y LATAM entrevista desde Management Perú
Este episodio en el canal de Management Perú– Podcast Management Talks conducido por Dan Robert Inolopú Alemán presenta a Bernhard Schieber, COO de Innovia Behavioral Health LATAM & Spain, quien explora el pensamiento estratégico en acción, ilustrándolo con casos de éxito de España y América Latina. A lo largo de la conversación, Schieber propone una visión del pensamiento estratégico no como una herramienta teórica, sino como una competencia vital y se entrena a quienes desean liderar con propósito en un mundo incierto.
El pensamiento estratégico es la capacidad de anticipar, planificar y tomar decisiones orientadas al logro de objetivos a largo plazo, combinando análisis, creatividad y visión de futuro para generar ventajas competitivas y responder eficazmente a los desafíos del entorno. En el ámbito empresarial, implica analizar el contexto, prever oportunidades y amenazas, y diseñar cursos de acción que permitan alcanzar el éxito organizacional de manera sostenible.
Características principales del pensamiento estratégico
Una de sus características esenciales es la visión de futuro. Esta permite imaginar escenarios aún inexistentes y establecer objetivos hipotéticos cuya consecución contribuye al propósito principal.
¿Cómo entrenar esta capacidad mental con mayor precisión? Schieber sugiere que visualizar el futuro es una habilidad que puede fortalecerse a través de ejercicios específicos, técnicas de visualización y metodologías inspiradas en el pensamiento de futuristas y estrategas.
Cómo entrenar tu mente para imaginar escenarios futuros con mayor precisión
El primer paso consiste en practicar visualizaciones guiadas. Se trata de imaginar imágenes sencillas, como un árbol o el sonido de una campana, utilizando todos los sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Esta práctica aparentemente básica tiene un impacto profundo en la capacidad de construir imágenes mentales complejas, una habilidad clave para proyectar futuros deseables o posibles. A medida que la mente se ejercita, se vuelve más capaz de anticipar realidades complejas con detalle y coherencia.
Otra técnica consiste en trabajar con escenarios futuros. Elegir un tema —como una tendencia social, una innovación tecnológica o un desafío organizacional— y establecer un horizonte temporal de 5, 10 o 20 años permite observar las posibles trayectorias que podría tomar. Se desarrollan escenarios optimistas, pesimistas, conservadores o disruptivos, describiendo con claridad cada uno. Al hacerlo, se identifican patrones emergentes y se abren puertas a nuevas estrategias.
También es útil mantener un diario del futuro. Escribir cada día durante cinco minutos sobre eventos, contextos o ideas extrañas que podrían ocurrir en los próximos años —sin editar ni juzgar— estimula la creatividad prospectiva y la flexibilidad mental. Compartir estos escenarios con colegas o equipos fomenta la co-creación de visiones más amplias y comprometidas.
Otro enfoque recomendado es el de expandir el horizonte temporal. En lugar de pensar en términos de trimestres o años, entrenarse para proyectar a 25 o incluso 50 años obliga a integrar cambios sistémicos, como los derivados de la inteligencia artificial o el cambio climático. Imaginarlos en sus dimensiones positiva, negativa e intermedia ayuda a evitar miopías estratégicas.
Asimismo, Schieber enfatiza la importancia de incorporar la dimensión emocional en estos ejercicios. Visualizar un escenario futuro no solo desde lo racional, sino también imaginando las emociones que surgirían si ese escenario se hiciera realidad —como gratitud, alivio o entusiasmo— fortalece la motivación intrínseca y el vínculo con los objetivos a largo plazo.
Antes de tomar decisiones importantes, también recomienda realizar ensayos mentales. Simular el proceso completo y sus posibles resultados, involucrando los sentidos y anticipando obstáculos, mejora la planificación estratégica y reduce los márgenes de error. Este tipo de simulación interna entrena al cerebro para responder con mayor agilidad y realismo ante lo incierto.
Además, invita a aceptar ideas que al inicio parezcan ridículas. Schieber recuerda la Ley de Dator: toda predicción útil sobre el futuro parecerá absurda en su origen. Cultivar la capacidad de abrirse a lo improbable es clave para identificar lo emergente.
Otras herramientas para el pensamiento estratégico
Enfoque sistémico: Considera la organización y su entorno como un sistema interconectado, entendiendo cómo las acciones en un área impactan en el conjunto.
Capacidad de análisis y síntesis: Analiza información relevante y la sintetiza para tomar decisiones estratégicas, eligiendo entre alternativas posibles.
Innovación y creatividad: Busca soluciones novedosas y explora nuevas posibilidades para superar desafíos y aprovechar oportunidades.
Orientación a resultados: Transforma la visión en acciones concretas que generan valor y acercan a la organización a sus metas.
Adaptabilidad: Permite ajustar estrategias ante cambios del entorno y aprovechar oportunidades emergentes.
Bernhard Schieber define “el pensamiento estratégico como la capacidad de anticipar el futuro y prever las implicaciones a largo plazo de las decisiones actuales”. Lo compara con una “bola de cristal” que ayuda a identificar oportunidades y posibles obstáculos, proporcionando una visión más amplia del contexto empresarial en un mercado global que cambia rápidamente.
Estrategia vs. tácticas del pensamiento estratégico
El pensamiento estratégico es fundamental en la gestión empresarial y es aplicable en el ámbito militar, político y personal. Permite anticipar cambios, identificar oportunidades, minimizar riesgos y guiar a las organizaciones hacia el éxito sostenible. Incluye muchos conceptos fundamentales y complementarios dentro del pensamiento estratégico, cumpliendo con roles y características claramente diferenciadas
Es un enfoque integral que combina intuición, análisis, visión de largo plazo y acción inmediata, permitiendo a individuos y organizaciones adaptarse y prosperar en entornos complejos y cambiantes
Basándose en su experiencia militar, Bernhard Schieber explica que la estrategia implica establecer objetivos comunes y amplios y planificar cómo alcanzarlos. Las tácticas se derivan de la estrategia y se refieren a acciones específicas para objetivos inmediatos. Enfatiza que, si bien los objetivos permanecen en gran medida constantes, las estrategias y tácticas pueden ajustarse.
También analiza el análisis SWOT/DAFO (Fortalezas, Debilidades, Oportunidades, Amenazas) como una herramienta para el pensamiento estratégico, señalando cómo las fortalezas pueden convertirse en debilidades y las oportunidades pueden convertirse en amenazas según el contexto.
Beneficios del pensamiento estratégico en la empresa
Ofrece ventajas clave tanto en lo personal como en lo empresarial.
Mejora la toma de decisiones al permitir una visión amplia y fundamentada, reduciendo errores y aumentando la efectividad.
Favorece la adaptabilidad y la respuesta ágil ante cambios e incertidumbres. Impulsa una visión a largo plazo, facilitando la planificación sostenible y el crecimiento continuo.
Refuerza la ventaja competitiva al fomentar la innovación y la capacidad de diferenciarse.
Optimiza la asignación de recursos, la priorización de tareas y la eficiencia operativa.
Permite anticipar riesgos y oportunidades con mayor claridad, y potencia tanto el desarrollo profesional como el organizacional al fortalecer el liderazgo, motivar equipos y promover la mejora continua.
Por ejemplo permite a las empresas anticipar los cambios del mercado, identificar tendencias y responder más rápidamente que los competidores. Ayuda en el desarrollo de productos y servicios, la gestión de recursos y la reducción de riesgos económicos. Bernhard Schieber destaca que es crucial no solo para la mejora, sino también para prevenir el deterioro y crear planes de contingencia, citando ejemplos de la preparación militar y los desastres naturales.
Pensamiento estratégico en España y América Latina
Bernhard Schieber observa que los países de habla hispana sobresalen en la improvisación, pero a menudo carecen de aprecio por la planificación estratégica, lo que lleva a enfoques reactivos en lugar de proactivos.
Si bien la globalización y la digitalización están aumentando su importancia, muchas pequeñas empresas y sectores tradicionales todavía priorizan las tácticas a corto plazo sobre la estrategia a largo plazo
Utiliza la analogía de un bombero (táctico) versus la prevención de incendios (estratégico) para ilustrar este punto.
expone que en muchos países de habla hispana, existe una tendencia a ser muy buenos en la improvisación. Esta habilidad, si bien útil para resolver problemas inmediatos, a menudo se traduce en un enfoque más táctico. Un bombero es el ejemplo perfecto de una acción táctica: cuando hay un incendio (un problema), el bombero actúa rápidamente para apagarlo. Su enfoque es inmediato y reactivo, centrado en la solución del problema actual.
Benhard argumenta que a menudo falta una apreciación por la planificación estratégica, lo que lleva a un enfoque más reactivo en lugar de proactivo. Aquí es donde entra la prevención de incendios. Un enfoque estratégico no espera a que ocurra el incendio para actuar. En cambio, se centra en prevenir que los incendios ocurran en primer lugar. Esto implica una planificación a largo plazo, la identificación de riesgos potenciales, la implementación de medidas de seguridad y la creación de un sistema que minimice la probabilidad de un desastre.
En el contexto empresarial, esto significa que las empresas que operan tácticamente se centran en resolver los problemas a medida que surgen. Por el contrario, las empresas con una mentalidad estratégica dedican tiempo a anticipar los desafíos futuros, identificar oportunidades, desarrollar planes de contingencia y construir una estructura que les permita adaptarse y prosperar a largo plazo, evitando así las “crisis” que requerirían una respuesta “de bombero”.
Bernhard Schieber enfatiza que, si bien la globalización y la digitalización están haciendo que el pensamiento estratégico sea cada vez más importante, muchas pequeñas empresas y sectores tradicionales aún priorizan las tácticas a corto plazo sobre la estrategia a largo plazo.
Habilidades necesarias para el pensamiento estratégico
Más allá del pensamiento racional, el pensamiento estratégico requiere comunicación, toma de decisiones basada en datos (pensamiento analítico), adaptabilidad y creatividad para generar soluciones innovadoras.
Comunicación: Una estrategia, por brillante que sea, no servirá de nada si no se puede comunicar de manera efectiva. Esto implica la capacidad de articular la visión, los objetivos y los planes a todos los niveles de una organización. Una comunicación clara y persuasiva asegura que todos estén alineados, entiendan su rol y se comprometan con la dirección estratégica. No se trata solo de hablar, sino de escuchar y de asegurar que el mensaje sea comprendido y aceptado.
Toma de Decisiones Basada en Datos (Pensamiento Analítico): En el mundo actual, saturado de información, la capacidad de tomar decisiones no solo por intuición, sino respaldadas por datos concretos, es crucial. El pensamiento analítico implica recopilar, interpretar y evaluar información relevante para identificar patrones, prever tendencias y cuantificar riesgos. Esto permite a los líderes estratégicos tomar decisiones más informadas, reducir la incertidumbre y justificar sus elecciones con evidencia tangible. Es la diferencia entre decidir por “corazonada” y decidir con “inteligencia”.
Adaptabilidad: El entorno empresarial es dinámico y está en constante cambio. Una estrategia rígida, por muy bien planificada que esté inicialmente, puede volverse obsoleta rápidamente. La adaptabilidad es la habilidad de ajustar y modificar la estrategia en respuesta a nuevas circunstancias, imprevistos o cambios en el mercado. Esto no significa abandonar la visión a largo plazo, sino ser flexible en el cómo se llega a ella, aprendiendo de la experiencia y pivotando cuando sea necesario.
Creatividad para Generar Soluciones Innovadoras: El pensamiento estratégico no se trata solo de resolver problemas existentes, sino de imaginar nuevas posibilidades y crear valor donde antes no lo había. La creatividad es la chispa que impulsa la innovación, permitiendo a los estrategas pensar fuera de la caja, desarrollar enfoques únicos y diferenciarse de la competencia. Esto puede implicar la ideación de nuevos productos, la reinvención de modelos de negocio o la búsqueda de formas disruptivas de operar.
En palabras de Bernhard: “Más allá del pensamiento racional, el pensamiento estratégico requiere comunicación, toma de decisiones basada en datos (pensamiento analítico), adaptabilidad y creatividad para generar soluciones innovadoras.”
Impacto en la innovación y el liderazgo
El pensamiento estratégico influye significativamente en el liderazgo organizacional al permitir una visión clara e inspirar a los equipos hacia objetivos a largo plazo.
El Corazón del Liderazgo Estratégico
Según Bernhard Schieber, el pensamiento estratégico es crucial para un liderazgo efectivo porque:
Permite una visión clara: Los líderes estratégicos pueden definir y comunicar una dirección a largo plazo para la organización. No se trata solo de saber hacia dónde ir, sino de tener una hoja de ruta definida que todos en el equipo puedan entender y seguir. Esta claridad reduce la ambigüedad y proporciona un propósito unificador.
Inspira a los equipos hacia objetivos a largo plazo: Una visión bien comunicada no solo informa, sino que motiva e inspira. Cuando los empleados entienden el “porqué” detrás de las acciones diarias y ven cómo su trabajo contribuye a un objetivo mayor y significativo, se sienten más comprometidos y alineados con la misión de la empresa.
Fomentando una Cultura Organizacional Robusta
Más allá de la visión, el pensamiento estratégico moldea la cultura interna de la organización, promoviendo características esenciales para el éxito en el entorno actual:
Cultura de innovación: Al mirar hacia el futuro y anticipar cambios, el pensamiento estratégico impulsa a las empresas a buscar constantemente nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. Esto fomenta un ambiente donde se valora la experimentación, se toleran los fallos como oportunidades de aprendizaje y se incentiva la creatividad.
Cultura de colaboración: La implementación de una estrategia a menudo requiere la participación de múltiples departamentos y equipos. El pensamiento estratégico alienta la ruptura de silos y la cooperación, ya que todos entienden que el éxito de la estrategia depende del esfuerzo colectivo.
Cultura de aprendizaje continuo: El entorno de mercado es dinámico. Las estrategias exitosas no son estáticas, sino que evolucionan. Esto exige que la organización esté en un constante ciclo de aprendizaje, analizando resultados, identificando lo que funciona y lo que no, y adaptándose rápidamente.
Mejor toma de decisiones: Con una perspectiva a largo plazo y una comprensión clara de los objetivos estratégicos, las decisiones diarias se vuelven más coherentes y alineadas. Se reduce la probabilidad de tomar decisiones impulsivas o que contradigan los objetivos generales de la empresa.
Resiliencia en entornos inciertos: En un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA), el pensamiento estratégico dota a las organizaciones de la capacidad de anticipar, prepararse y responder eficazmente a las disrupciones. Permite construir planes de contingencia y mantener la estabilidad incluso cuando el panorama cambia drásticamente.
Anticipación de Necesidades y Oportunidades de Mercado
Finalmente, Bernhard Schieber resalta un beneficio crucial del pensamiento estratégico relacionado directamente con el crecimiento y la relevancia empresarial:
Ayuda a las empresas a anticipar las necesidades de los clientes: Un enfoque estratégico implica un profundo conocimiento del mercado y de los clientes. Permite a las empresas prever qué querrán los consumidores en el futuro, incluso antes de que ellos mismos lo sepan.
Anticipa las oportunidades de mercado para el desarrollo de nuevos productos y servicios: Al combinar la visión del cliente con un análisis del entorno, las empresas pueden identificar nichos emergentes, tecnologías disruptivas o brechas en el mercado que pueden llenar con innovaciones. Esto es fundamental para mantenerse competitivo y asegurar un crecimiento sostenido.
Sectores que se benefician más
Si bien todos los sectores se benefician, Bernhard Schieber señala específicamente a la tecnología, la banca, la energía, la logística y los servicios como áreas que obtienen importantes beneficios de un enfoque estratégico debido a su exposición a los desafíos globales y los rápidos cambios.
Tecnología: Este sector está en constante evolución, con innovaciones disruptivas que surgen a un ritmo vertiginoso. Un pensamiento estratégico es vital para anticipar las próximas tendencias, invertir en las tecnologías correctas y mantenerse relevante frente a la competencia global. Las empresas tecnológicas necesitan una visión a largo plazo para desarrollar productos y servicios que no solo satisfagan las necesidades actuales, sino que también prevean las futuras.
Banca: La industria bancaria enfrenta no solo la digitalización y la aparición de nuevas tecnologías financieras (FinTech), sino también complejos marcos regulatorios y una creciente demanda de transparencia. El pensamiento estratégico permite a las instituciones bancarias adaptarse a estos cambios, desarrollar nuevos modelos de servicio, gestionar riesgos de manera efectiva y mantener la confianza de sus clientes en un entorno cada vez más competitivo.
Energía: El sector energético está en medio de una transformación global impulsada por la sostenibilidad, la búsqueda de energías renovables y la volatilidad de los precios. Las empresas de energía necesitan una estrategia sólida para navegar la transición energética, invertir en infraestructuras futuras, asegurar el suministro y cumplir con objetivos ambientales cada vez más estrictos.
Logística: La logística es el corazón de la cadena de suministro global, y su eficiencia es crítica para casi todas las demás industrias. Con el auge del comercio electrónico y la necesidad de entregas cada vez más rápidas y sostenibles, el pensamiento estratégico es fundamental para optimizar rutas, implementar tecnologías avanzadas (como la automatización y la IA) y construir cadenas de suministro resilientes que puedan resistir interrupciones.
Servicios: Este es un sector muy amplio, pero Shiver se refiere a aquellas empresas de servicios que operan en entornos dinámicos y competitivos, donde la experiencia del cliente y la adaptación son clave. El pensamiento estratégico les permite identificar nuevas demandas de los consumidores, diferenciar su oferta de valor, mejorar la eficiencia operativa y escalar sus operaciones para satisfacer las necesidades cambiantes del mercado.
Estas son las palabras que destacamos de Bernhard Shieber:
“Si bien todos los sectores se benefician, Bernhard Schieber señala específicamente a la tecnología, la banca, la energía, la logística y los servicios como áreas que obtienen importantes beneficios de un enfoque estratégico debido a su exposición a los desafíos globales y los rápidos cambios.”
El enfoque Innovia: pensamiento, acción y transformación
En Innovia Life no se forman pensadores de salón. Se acompaña a personas y equipos a pensar mejor para actuar mejor. Cada programa está diseñado a medida, integrando neurociencia, psicología organizacional y dinámicas experienciales.
La propuesta no es llenar cabezas de teorías, sino despertar el pensamiento crítico como una actitud vital, una herramienta profesional y una cultura compartida. Para ello tenemos una sesión todos los jueves a la que invitamos
En un entorno incierto, pensar bien es el primer paso para actuar con sentido. Y como Bernard recuerda: “La mejor innovación nace de una mente libre que sabe dudar, preguntar y volver a empezar.”
Pensamiento estratégico como cultura viva
En Innovia Life LATAM & Spain no formamos teóricos del pensamiento estratégico. Entrenamos a personas y equipos para pensar con visión, decidir con criterio y actuar con coherencia. Porque en entornos inciertos, la estrategia no es un plan estático: es una forma de mirar el mundo y prepararse para él.
Nuestros programas combinan neurociencia, psicología organizacional y experiencias transformadoras que convierten el pensamiento estratégico en una competencia transversal, aplicable tanto a la toma de decisiones como a la construcción de culturas resilientes.
Aquí no se trata de memorizar marcos teóricos, sino de aprender a anticipar escenarios, conectar datos con intuiciones, y convertir cada acción en parte de una visión sostenible. Cada jueves, facilitamos espacios prácticos donde este enfoque cobra vida y se entrena de forma concreta.
Como bien dice Bernhard Schieber: “El pensamiento estratégico ayuda a las empresas a anticipar las necesidades de los clientes y las oportunidades de mercado para el desarrollo de nuevos productos y servicios.”
En Innovia Life LATAM & Spain no enseñamos a repetir fórmulas: entrenamos la mente para anticipar, decidir con visión y actuar con propósito.
Si deseas fortalecer el pensamiento estratégico de tu equipo, potenciar la innovación y liderar con claridad en tiempos complejos, contáctanos.
Te gustaría escuchar cómo el pensamiento estratégico transforma organizaciones reales?
Mira la entrevista completa a Bernhard Schieber aquí: